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Muchos componentes de nuestro automóvil están fabricados en plástico o goma, y rejuvenecerlos puede dar un cambio radical a la imagen del vehículo. Cuando abrimos una puerta o el maletero asoman multitud de superficies plásticas que, de no estar en condiciones, empeoran la imagen que da nuestro automóvil. De nada sirve una carrocería con reflejos de espejo si tenemos las gomas blanquecinas o agrietadas por un mal mantenimiento. Y de la misma manera, nada satisface más que fijarnos hasta en el último rincón y ver que todas las superficies parecen nuevas, limpias y protegidas.
